Garantizar que las mujeres puedan acceder sin obstáculos a los puestos de responsabilidad no solo es justo, sino beneficioso para la competitividad económica de Europa. Algunos estudios han llegado a la conclusión de que las empresas con mayor presencia femenina al mando obtienen mejores resultados que sus rivales.
Sin embargo, los cambios registrados en las cúpulas directivas se han producido con demasiada lentitud. Hoy en día las mujeres representan en torno a un 14% de los consejos de administración de las principales sociedades cotizadas de la UE, frente al 12% de 2010. A este ritmo, harían falta unos 40 años para que las empresas se aproximaran a la paridad.
Los europeos están de acuerdo en que hay que hacer algo al respecto. Casi 9 de cada 10 creen que, a igualdad de cualificación, las mujeres deberían estar representadas de forma igualitaria en los puestos de responsabilidad de las empresas. Y 3 de cada 4 están a favor de que se apruebe legislación sobre igualdad de género en los consejos de administración.
La Comisión ha respondido proponiendo medidas para acabar con el desequilibrio, medidas que, de aprobarse, establecerán una cuota mínima del 40% para el sexo cuya representación sea inferior y para los miembros sin funciones ejecutivas de los consejos de administración de las principales empresas que coticen en las bolsas europeas.
Estas medidas solo se aplicarían a las empresas cotizadas que cuenten con 250 empleados o más y cuyo volumen de negocios anual mundial sea superior a 50 millones de euros, es decir en torno a 5.000 empresas en total.
Las empresas de titularidad pública o aquellas en las que la participación económica (y la influencia) estatal sea considerable tendrían que alcanzar el objetivo fijado como muy tarde en 2018.
Las empresas que se sitúen por debajo del objetivo del 40% tendrían que aplicar normas claras e igualitarias y seleccionar a sus candidatos en función de su cualificación y méritos. En caso de contar con dos candidatos cuya cualificación sea la misma, deberán dar prioridad al sexo cuya representación sea inferior, que en la mayoría de los casos será el femenino.
Estas medidas, que tendrían carácter transitorio, dejarían de aplicarse en 2028, fecha para la que se espera haber alcanzado la paridad.
Las empresas también estarían obligadas a fijar sus propios objetivos para alcanzar, como muy tarde en 2020, una representación equilibrada de ambos sexos entre sus directores ejecutivos (2018 en el caso de las empresas públicas), es decir, los consejeros que a la vez desempeñan puestos de responsabilidad clave para la gestión cotidiana de la empresa.
Las administraciones nacionales serían responsables de imponer sanciones a las empresas que incumplan las normas de la UE.
Los países que cuentan con sistemas eficaces para alcanzar la igualdad de género podrían seguir aplicándolos e incluso introducir medidas más ambiciosas que las de la UE.
Bélgica, Francia, Italia, Países Bajos, España, Portugal, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Austria y Eslovenia ya aplican normas para promover la paridad de sexos en los consejos de administración de las empresas.
Dar ejemplo
Facilitar el acceso de las mujeres a las cúpulas directivas animará a un número mayor de ellas a entrar y permanecer en el mercado laboral, y contribuirá a aumentar la tasa de empleo femenino y a aprovechar plenamente su potencial.
La propuesta se trasladará ahora a los gobiernos de la UE y al Parlamento Europeo (que ha pedido en numerosas ocasiones que se apruebe legislación al respecto).
Suscríbete y recibe cada jueves nuestro boletín semanal de noticias.