Existe una clara tendencia a magnificar los problemas a la hora de emprender una vez superados los 40 años. El temor, la inseguridad y la incertidumbre a la hora de salir de nuestra zona de confort, hace que nos sea un mundo plantearnos la posibilidad de abrir un negocio.
En pleno S.XXI, hay que perder el miedo a romper rutinas y afrontar nuevos retos. Muchas personas pueden poner en tela de juicio nuestras capacidades y habilidades, no encontrar el apoyo necesario de nuestros familiares y conocidos más cercanos. Esto no es excusa para generar un proyecto de empresa con viabilidad y encaminado hacia el éxito.
Un estudio, relata que la edad media de quienes montan una empresa, gira alrededor de los 38-40 años y que el porcentaje de emprendedores de entre 45-54 años se ha incrementado del 25,2% al 30%, del 2003 al 2013.
A la hora de crear un proyecto, tenemos que tener en cuenta diversos trucos:
- En primer lugar, conocer la viabilidad del proyecto, es decir, reunir información, acerca de la situación financiera que conlleva afrontar este reto.Tener una clara precisión de los gastos y realizar una correcta estimación a la hora de gestionar el negocio.
- Por otro lado, es fundamental realizar un estudio de mercado. Analizar a nuestra competencia directa y conocer las oportunidades que se nos puede presentar. Un aspecto a destacar es tener en cuenta las estrategias que vamos a desarrollar y como diferenciarnos respecto a ellos.
- Fundamental es tener un amplio abanico de contactos, ya sea a través del Networking, que nos permite conocer profesionales o emprendedores que nos pueden dar consejos y pautas para nuestro negocio y estar familiarizado con la red. El conocimiento de Internet y de redes sociales, nos ayudará a potenciar nuestra campaña de marketing y a la captación de clientes, así como encontrar proyectos más económicos.
- Conocer nuestras habilidades y aptitudes. Ser conscientes de que es nuestra especialidad y en que podemos sacar el máximo rendimiento a la hora de generar rentabilidad a la empresa.
- Por último, aprovechar nuestra experiencia y actitud. A diferencia de los jóvenes, hemos pasado por diversas experiencias a nivel laboral, lo cual nos curten como trabajador, esto nos supone una clara ventaja a la hora de una buena toma de decisiones. Una actitud positiva y una buena comunicación, tanto a nivel interno como externo supondrá una mayor posibilidad a la hora de resolver conflictos y tareas. Según un artículo publicado en la revista Harvard Business Review, son casi el doble los emprendedores de éxito mayores de 50 años que los menores de 25.
No obstante son cada vez mas las empresas que se deciden por aprovechar las ventajas que les ofrece este colectivo, generándose así un mayor número de ofertas de trabajo para mayores de 45 años.
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